Alejandro Otero Pintor
y
Artista Plastico Venezolano
Nace 07 de Marzo de 1921
El 13 de agosto de 1990 muere en Caracas el notable
pintor guayanés Alejandro Otero.
Nace en El Manteco, el 7 de marzo de 1921, el pintor Alejandro Otero. Llega a Caracas en 1938 donde prosigue sus estudios en la Escuela de Artes Plásticas de Caracas (1939-1945). Desde 1945, en que viaja a París, su vida se desarrolla por temporadas entre la capital francesa y Caracas. Cursó sus estudios en la Escuela de Altos Estudios de La Sorbona de París.
En Francia vivió desde 1945 a 1949. Concluido su periodo de formación, los viajes a Europa le hacen encontrarse con el arte “de todos los tiempos”. Es en estos años cuando pinta la serie Cafeteras (objetos cotidianos, sintetizados en líneas y planos).Allí formó parte del grupo de artistas venezolanos «Los Disidentes», que rompió con la tradición figurativa.
Abandonó la pintura en sí para dedicarse a un arte abstracto-geométrico. Después de sus colorritmos (profundización en los problemas de la luz y el espacio a través de tablones alargados atravesados de un lado a otro por bandas paralelas) en 1955, que le dieron mucha fama al presentarlos en el Museo de Bellas Artes de Caracas.
A partir de ese año, alterna la pintura con proyectos arquitectónicos (Ciudad Universitaria de Caracas, murales de mosaico y aluminio, y vitrales). En 1958 le es concedido el Premio Nacional de Pintura por uno de sus “colorritmos”, con lo que consigue el reconocimiento oficial a sus innovaciones estéticas. En 1961 inicia otra etapa con sus ciclos de relieves blancos y monocromos (Pincel y cuadrado blanco), que es seguida por la llamada serie de papeles coloreados (intensos collages de espíritu pop con objetos tecnológicos pegados; Bonjour M. Braque). Sus experimentos se suceden y en 1967 reaparece su interés por la construcción de máquinas artísticas y lúdicas (Vertical vibrante oro y plata, Noria hidrocromática o Torre acuática). A partir de este momento, su obra es una constante búsqueda de nuevas formas de expresión, sobre todo en el campo de la escultura. (Delta solar y Estructura solar, 1977; Aguja solar, 1982). Otero eliminó de su pintura el color, el sujeto y la forma. Aquí vemos como pasó por varias etapas en que ensayaba con collages y con objetos en relieve.
El mismo Otero explica que para entender su propia pintura tuvo que aprender escultura. Sus numerosas exposiciones en Venezuela y en el exterior lo convirtieron en un artista Internacional, galardonado en varias oportunidades.
Nace en El Manteco, el 7 de marzo de 1921, el pintor Alejandro Otero. Llega a Caracas en 1938 donde prosigue sus estudios en la Escuela de Artes Plásticas de Caracas (1939-1945). Desde 1945, en que viaja a París, su vida se desarrolla por temporadas entre la capital francesa y Caracas. Cursó sus estudios en la Escuela de Altos Estudios de La Sorbona de París.
En Francia vivió desde 1945 a 1949. Concluido su periodo de formación, los viajes a Europa le hacen encontrarse con el arte “de todos los tiempos”. Es en estos años cuando pinta la serie Cafeteras (objetos cotidianos, sintetizados en líneas y planos).Allí formó parte del grupo de artistas venezolanos «Los Disidentes», que rompió con la tradición figurativa.
Abandonó la pintura en sí para dedicarse a un arte abstracto-geométrico. Después de sus colorritmos (profundización en los problemas de la luz y el espacio a través de tablones alargados atravesados de un lado a otro por bandas paralelas) en 1955, que le dieron mucha fama al presentarlos en el Museo de Bellas Artes de Caracas.
A partir de ese año, alterna la pintura con proyectos arquitectónicos (Ciudad Universitaria de Caracas, murales de mosaico y aluminio, y vitrales). En 1958 le es concedido el Premio Nacional de Pintura por uno de sus “colorritmos”, con lo que consigue el reconocimiento oficial a sus innovaciones estéticas. En 1961 inicia otra etapa con sus ciclos de relieves blancos y monocromos (Pincel y cuadrado blanco), que es seguida por la llamada serie de papeles coloreados (intensos collages de espíritu pop con objetos tecnológicos pegados; Bonjour M. Braque). Sus experimentos se suceden y en 1967 reaparece su interés por la construcción de máquinas artísticas y lúdicas (Vertical vibrante oro y plata, Noria hidrocromática o Torre acuática). A partir de este momento, su obra es una constante búsqueda de nuevas formas de expresión, sobre todo en el campo de la escultura. (Delta solar y Estructura solar, 1977; Aguja solar, 1982). Otero eliminó de su pintura el color, el sujeto y la forma. Aquí vemos como pasó por varias etapas en que ensayaba con collages y con objetos en relieve.
El mismo Otero explica que para entender su propia pintura tuvo que aprender escultura. Sus numerosas exposiciones en Venezuela y en el exterior lo convirtieron en un artista Internacional, galardonado en varias oportunidades.
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