El
11 de abril de 2002, se desarrollaron en Venezuela una serie de
acontecimientos que dividieron la historia contemporánea en un antes
y un después. Todo comenzó en el marco de una serie de protestas y
una huelga general convocada por Fedecámaras, que sumadas al llamado
de la dirigencia política opositora, organizaron una marcha que
partiría desde Parque Del Este hasta la sede de PDVSA Chuao en
Caracas. La misma fue desviada horas más tarde hasta el Palacio de
Miraflores –sede del despacho presidencial-.
Alrededor
del Palacio se había concentrado un grupo de simpatizantes del
entonces presidente Hugo Chávez, lo cual desencadenó una serie de
enfrentamientos entre ambos bandos, causando muertos y decenas de
heridos.
Aún
es un tema de debate (cada lado ofrece una versión diferente) la
realidad sobre quién empezó a disparar, pero todos estos hechos
traen como consecuencia un pronunciamiento del Alto Mando Militar
venezolano anunciando que, tras habérselo solicitado, Hugo Chávez
había decidido renunciar a la investidura presidencial. Es entonces
cuando militares adversos, una alianza con la cúpula eclesiástica,
una parte del empresariado y algunos sectores de la sociedad civil
opositora, deciden colocar en la presidencia de Venezuela al entonces
presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona Estanga, quien
automáticamente genera un decreto de disolución de todos los
poderes públicos.
Horas
más tarde y tras fuertes protestas de simpatizantes del gobierno
-que tomaron las calles- así como de algunos presidentes
latinoamericanos que no reconocían a Carmona Estanga y con el apoyo
de militares leales, Hugo Chávez retomó la silla presidencial la
madrugada del 14 de abril de 2002.
Aunque
el Tribunal Supremo de Justicia y algunas organizaciones no
gubernamentales como Provea, calificaron estos acontecimientos como
un “Golpe de Estado”, los sectores opositores aún aseguran que
se trataba de un “vacío de poder”.
Lo
que sucedió antes, durante y después de los hechos narrados, es
tema de discusión 15 años después. Aunque el
parlamento venezolano convocó en su momento una “Comisión de la
verdad” para esclarecer los hechos, la misma no arrojó ningún
resultado salvo una serie de interpelaciones que no llegaron a
mayores.
COMO
UN PUEBLO LLENO DE CORAJE SACA DE LA ENTRAÑA MÁS VIVA DE LA AGARRA
Y LA SANGRE LIBERTADORA QUE POSEEMOS LOS VENEZOLANOS, TRAYENDO DE
VUELTA AL SEGUNDO HOMBRE EMBLEMATICO QUE HA PARIDO LA PATRIA QUE CON
FUERZA Y CONVICIÓN REGRESO A COLOCAR EL ORDEN CONSTITUCIONAL
LLAMANDO A LA RECONCILIACIÓN CIVICO-MILITAR.
CON
ESTE SUCESO SE ESCRIBIO UNA IMPORTANTE HISTORIA DE LA VENEZUELA
MODERNA DEL SIGLO XXI, DONDE UN PUEBLO DESPERTO Y NO DEJANDOSE
ENGAÑAR POR AQUELLO QUE TRAICIONARON A LA PATRIA HACIENDOSE LLAMAR
REVOLUCIONARIO.
Ana Chacón
Claudia Rosal
Facilitadora